Diálogo en el consciente

EL DIÁLOGO ENTRE EL CONSCIENTE VESTIDO Y EL CONSCIENTE ESPONTÁNEO

 

En muchos seres vivos, la tensión que nace de su organismo, tensión A, implica una actividad psíquica y cerebral. El organismo del ser humano realizó la «conversión energética» y el «equilibrio f-e craneal», desarrollando el consciente: su actividad psíquica contiene el consciente asociado con el no consciente (la mayor parte de las actividades celulares del organismo).

El consciente siempre es educado de una u otra forma, dando lugar al consciente vestido, frecuentemente distinto del consciente espontáneo. En la expresión psíquica del ser humano, siempre se manifiesta una fluctuación o movimiento pendular entre estas dos zonas del consciente:

  • el pensamiento ordenado y la imaginación;
  • la inteligencia entrenada y la inteligencia espontánea; 
  • la psique instruida que maneja la CVP, dominándola, y la psique espontánea que nace de la CVP, en una asociación natural entre consciente y no consciente.

Esta diferencia y el juego o diálogo entre estas dos partes del consciente están presentes en cualquier momento de nuestra vida.

El incremento excesivo de esta diferencia hace desaparecer la natural asociación entre el consciente espontáneo y el consciente vestido y se produce su disociación. Surge el conflicto interno:
La persona se da cuenta de la obsesión en la que ha entrado su mente, pero se encuentra impotente delante de ella. Una parte del sujeto entra en conflicto contra otra parte de él mismo: un área del consciente percibe que otra área del mismo está obsesionada intensamente con la ansiedad, la angustia, la claustrofobia, la dispersión, la cavilación, la depresión o la euforia; no puede con ellas y padece. 

El individuo queda impotente ante la fuerza de la vida, que se manifiesta de un modo obsesivo e intensísimo, en torno a alguna tensión parcial excesiva. Esa fuerza vital, internamente sobreexcitada, ese deseo reprimido o inhibido no es el de cualquier especie, sino el del singular organismo humano, el único que compagina, por su propia constitución natural, los mecanismos del consciente y del no consciente, de lo voluntario y de lo involuntario.
La virtud de nuestra naturaleza radica en su consciente o consciencia, que nos permite estar fuera de los estrictos procesos físicos del organismo. Pero, al desconsiderar que esta capacidad psíquica nace del propio organismo humano y al abusar de ella, no nos damos cuenta de que numerosos problemas se producen porque es excesiva el área de nuestro consciente que no siente cómo, en nuestro organismo, nace y renace un determinado tipo de tensión A. 

Si la parte vestida desconoce la no vestida, la tensión A pasará a un estado de tensión parcial excesiva, TPE. 

Si el individuo la observa, podrá alternarse con su necesaria relajación. 

Si la ignora, quedará permanentemente inhibida y algún día se expresará de una forma problemática. 

Este proceso es el que subyace en el fondo de muchas enfermedades que padece el hombre actual: 
No se trata de la disociación entre el consciente y el subconsciente o inconsciente, sino de la que existe dentro del mismo consciente, entre su zona vestida (no asociada y, a menudo, enfrentada con el no consciente) y su zona espontánea (asociada naturalmente con el no consciente). Tampoco hablamos de su total unificación, sino de la vital necesidad de observar esta diferencia y el juego o diálogo entre ambas. 
Para ello, resulta decisivo tener en cuenta nuestra actividad psíquica espontánea, que nace en la vida de nuestro organismo.

Lo espontáneo inhibido

LA INHIBICIÓN DE LA MANIFESTACIÓN ESPONTÁNEA

 

La cabeza no funciona por sí sola, sino de acuerdo con la necesidad vital o estado concreto de los otros componentes de la CVP, a la que pertenece. Su pensamiento refleja la asociación natural entre psique y soma y entre consciente y no consciente. 
Por ejemplo, surgen las ganas espontáneas y conscientes, el deseo de: 

  • estar pensando a solas, en un ambiente silencioso, cuando se activa la cabeza debido a la actividad celular no consciente de las neuronas;
  • caminar y avanzar libremente, sin ser molestado por nadie, cuando se activan los hombros debido a la actividad no consciente de las células musculares;
  • reírse, llorar, charlar y comunicarse agradablemente con alguien, cuando se estimula la zona media del pecho debido a la actividad no consciente de las células que forman el aparato digestivo y el sistema circulatorio;
  • ocuparse de las personas de nuestro entorno cercano para que no les falte de nada, cuando entra la fuerza en la cintura por la acción no consciente de las células que forman el sistema orgánico eliminatorio;
  • amar, compartir las entrañas con alguien y pensar solamente en la familia o en algo absoluto, cuando se cierra o abre la pelvis por la actividad no consciente de las células conjuntivas del sistema reproductor.

Cuando estas ganas naturales se ven frustradas, se reprimen o se inhiben, las regiones de la CVP, previamente activadas, experimentan una tensión parcial excesiva o TPE:

La activación, tensión A, de las células-tejidos que originaron el deseo no puede alternarse con su necesaria y específica distensión. Si la inhibición continua, esa TPE no se relaja ni con el descanso ni con el sueño y acaba produciendo el endurecimiento de estos tejidos y el acortamiento de la respiración pectoventral. Esto sucede en relación con la sobreexcitación permanente de determinadas zonas cerebrales junto con la obsesión de su psique respectiva. Nuestra salud se resiente.

Aunque la disminución de la alternancia entre tensión y distensión también pueda ser debida al cansancio y a impactos físicos o psíquicos, la inhibición del deseo constituye la principal causa de la TPE y de la pérdida de nuestra salud.

Cuando ya aparecen los trastornos y después, la enfermedad, enseguida queremos su curación y recurrimos a la medicina o también, a las terapias alternativas. Entonces solemos olvidarnos de que hemos nacido, crecido y estamos vivos gracias a la inteligencia y fuerza vital de nuestro organismo, el mismo que genera nuestra manifestación espontánea y sufre su bloqueo.

Como la cultura no ha atendido suficientemente la manifestación espontánea, no ha podido percibir que el intenso estancamiento de la fuerza vital de cada ser humano es la principal causa interna de la pérdida de la salud. 
Como sólo se investigan las causas externas de la enfermedad y sus resultados se divulgan masivamente en los medios de comunicación, se ha extendido la idea de que los agentes patógenos externos o las circunstancias que nos rodean son la única causa de la pérdida de la salud. 

Sin embargo, nuestra realidad es que diariamente estamos sufriendo los efectos de la TPE: 

  • en su manifestación física: sobreactividad y fatiga-debilitamiento o endurecimiento de determinadas células-tejidos, que implican la acumulación de sustancias tóxicas y la pérdida de su asociación natural con las otras células-tejidos del organismo; 
  • en su manifestación psíquica: sobreexcitación y obsesión de determinada psique, debida a la permanente activación de determinadas zonas cerebrales, relacionadas con esas células-tejidos y con esas regiones de la CVP (y de los miembros) a las que pertenecen.

La tensión parcial excesiva subyace en muchos fenómenos que se califican como enfermedad. Para darnos cuenta de nuestra propia TPE y percibir su acumulación, resultan decisivas las sencillas prácticas de  katsugen undo y yuki y las siguientes observaciones.

Las defensas espontáneas de nuestra naturaleza frente a la TPE

Nuestro organismo nos avisa del indebido acumulo de TPE (exige a nuestro consciente, que se ha disociado del no consciente, que lo perciba) y lo disminuye a través de los calambres, la tos, la mucosidad, el hipo, las alteraciones cutáneas, diversos dolores, el vómito, la diarrea, la micción cargada, la transpiración con mal olor y, en especial, mediante el resfriado. Estas «anormalidades» consisten en un espontáneo incremento de la activación de determinadas zonas de nuestro organismo para resolver un anómalo estado interno y preservar la salud. Se trata del proceso A (autónomo) de la TPE.

Por otra parte, a medida que la TPE va progresando, alcanzando distintos grados, gracias a la interdependencia vital de todos los componentes de la CVP y de las cinco oseis, nuestro organismo traslada la tensión excesiva a otras zonas y a otras oseis, distintas de aquella donde inicialmente se acumuló, para afrontarla o compensarla. Por ejemplo, las emociones se contienen poniendo fuerza en los hombros; el estreñimiento es compensado, de cuando en cuando, por la diarrea; el deseo sexual frustrado se alivia con la frecuente micción. 
El esquema osei nos permite descubrir las distintas maneras naturales de realizar este soporte o trasvase de la tensión excesiva. Las denominamos recursos naturales para afrontar la TPE.

Observar el proceso A de la TPE y estos recursos naturales nos evidencia que nuestra salud no consiste en la mera ausencia de anormalidades, sino en la vigorosa capacidad de poder vivirlas y superarlas. La acumulación de TPE y la acción de nuestro organismo para resolverla es algo inherente a la naturaleza humana.

Respiración pectoventral

LA RESPIRACIÓN PECTOVENTRAL

 

Está formada en torno a los “muelles” de la columna vertebral, implicando un músculo especialmente involuntario, el diafragma, y otro músculo, especialmente voluntario, el serrato posterior.

La respiración pectoventral es espontánea y constituye la máxima organización para la regulación espontánea de la coordinación CVP porque se encuentra estructurada para una asociación natural entre:
– el no consciente y el consciente;
– el movimiento involuntario y el voluntario;
– el sistema nervioso autónomo neurovegetativo y el central.

Así regula la interdependencia física y psíquica de todas las actividades de las cinco oseis + y –, reflejando fielmente el estado de la CVP y el grado de bloqueo de su manifestación espontánea.
Por ejemplo, se tensa y se acorta por la preocupación producida por una causa externa hasta su resolución; entonces, se relaja y se alarga.

Cuando la respiración surge profunda desde el bajo vientre y el pecho se abre con naturalidad, se mantiene la tranquilidad psíquica y la salud física. Por ello, la medicina tradicional, occidental u oriental, sabía que respiran mal los enfermos que padecen transtornos, tanto físicos como psíquicos.

Como el enfoque actual del estudio sobre el organismo nos lleva enseguida a la bioquímica, algunos afirman que, en la vida, lo más importante es el oxígeno.
Desde la perspectiva osei, se comprende que es más decisivo el movimiento del organismo para respirar; y que, si éste falla, no nos servirá de nada el abundante oxígeno del campo o de la montaña.

 

respiracion_pectoventral

La amplitud de la respiración pectoventral exige la flexibilidad del diafragma,
organizado en relación con el «muelle» de la cifolordosis de la columna vertebral

 

La amplitud entre una vigorosa tensión y una profunda relajación es el fundamento de la vida. Pero se pierde por la sobreexcitación permanente de algunos tejidos (siempre acompañada por la TPE de la vértebra D7, nivel medio del diafragma, en donde confluyen todos los movimientos).
La pérdida de esta amplitud respiratoria implica la pérdida de la salud física y psíquica.

Al observar durante milenios el estado de los organismos en que se había producido esta pérdida, la medicina china (asimilada en la japonesa tradicional) estableció los catorce meridianos (con seis adicionales), llamándolos «canales energéticos ancestrales», y los usó como fundamento para el diagnóstico y la aplicación de sus diversos métodos curativos.

El descubrimiento del esquema osei nos desvela nítidamente en qué consisten.

Los dos últimos meridianos, sólo descritos en la CVP, son de naturaleza medular y estática:
• El dorsal general (13) es una parte de la región f-e medular, osei vertical.
• El ventral general (14) es una parte de la región circular medular, osei central.
Señalan zonas de las dos oseis de la estructura medular de la CVP y sus respectivas actividades biológicas: planificadora y de regeneración celular.

Los meridianos 1-12, descritos tanto en la CVP como en sus miembros, son de naturaleza periférica y dinámica:
• El luminoso yang mano, el luminoso yang pie, el oscuro yin mano y el oscuro yin pie son una parte de la región bilateral periférica, osei lateral.
• El gran yang mano, el gran yang pie, el gran yin mano y el gran yin pie son una parte de la región f-e periférica, osei frontal.
• El  pequeño yang mano,  el pequeño yang pie, el pequeño yin mano y el pequeño yin pie son una parte de la región circular periférica, osei rotatoria.
Estas tres series de cuatro meridianos señalan zonas de las oseis de la estructura periférica de la CVP y sus respectivas actividades biológicas del horno vital: asimilo-circulatoria, combustivo-respiratoria y excretora. 

 

Meridianos luminoso yang mano, luminoso yang pie, oscuro yin mano
y oscuro yin pie: una parte de la región bilateral periférica, osei lateral

merianos_lateral

 

El esquema osei desvela cómo los catorce meridianos señalan la interconexión existente entre las zonas del organismo que cada osei ha generado y facilita la siguiente relación con el conocimiento occidental:

Las recientes investigaciones científicas sobre el desarrollo del embrión nos permiten observar la aparición de cinco grupos celulares embrionarios, correspondientes a las cinco oseis, y cómo la acción de cada uno va creando las diferentes partes del organismo.
El desarrollo de cada grupo celular embrionario se realiza siguiendo rigurosamente aquellos canales energéticos ancestrales y vitales que la sabiduría china había captado hace milenios.

La medicina china inicia su labor curativa considerando que algún cortocircuito en la intercomunicación vital de los meridianos es el responsable de la pérdida de la salud y del bloqueo de la amplitud de la respiración pectoventral. Sus métodos curativos se aplican para resolver este cortocircuito y restaurar la coordinación adecuada y vital.

El descubrimiento de la osei y el esquema osei nos revela que este cortocircuito refleja la pérdida de la coordinación CVP, causada por el bloqueo-disociación de su movimiento espontáneo.

Psique humana y deseo

LA PSIQUE HUMANA Y EL DESEO

 

La manifestación de la vida es una alternancia constante entre la tensión y la distensión o relajación. Cuando cesa este movimiento, sobreviene la muerte. Para responder a las necesidades vitales, tanto internas como externas, se activa alguna osei, siempre en una absoluta interdependencia con las restantes. A esta activación natural, autónoma y autógena, la denominamos tensión A. Se relaja al satisfacer la necesidad vital que la originó.

En cualquier especie dotada de CVP, la tensión A de una osei implica la activación natural y conjunta de su sistema orgánico, su función biológica, su serie de músculos, su zona cerebral y su específica actividad  psíquica.
Pero ésta última es singular en el ser humano. Hace un millón de años, la especie humana comenzó a fabricar instrumentos, poniendo en evidencia la aparición del brote de consciente o consciencia.

Una de sus consecuencias fue que la energía vital ya no se destinó exclusivamente a la mera sobrevivencia del momento, sino a incrementar la propia actividad cerebral y psíquica; con tanta intensidad que los hombres primitivos triplicaron el volumen de su cerebro en tan sólo un millón de años

Este proceso progresivo de conversión energética fue acompañado por otro también excepcional y sin precedentes en la evolución de las especies: la estabilidad constitucional de la cabeza. La cabeza humana descansa en equilibrio por sí misma, encima del eje de la CVP, gracias a la especial formación horizontal de la articulación del cráneo con la primera vértebra cervical, realizada en el plano f-e.
Fue completada por el homo sapiens sapiens, hace unos cincuenta mil años, junto con la liberación de las manos, la postura bípeda, la estructuración circular y horizontal de la pelvis y la utilización de tres puntos de apoyo en la planta de los pies.
Este conjunto de transformaciones lo englobamos en el concepto de equilibrio f-e craneal.
Fue la culminación de un proceso evolutivo del sistema nervioso y del cerebro, claramente apreciable en los vertebrados. Por primera vez en la evolución, la actividad cerebral y psíquica gozó de una nitidez perceptiva y expresiva verdaderamente única y revolucionaria, que ha dado lugar a los aprendizajes y a la cultura.

 

El equilibrio f-e craneal

equilibrio_fe

 

Esta especial actividad psíquica hace que la tensión A del ser humano sea intensa y compleja en comparación con el resto de las especies. La llamamos deseo.

El deseo es la compleja representación o expresión en la psique del ser humano de las necesidades vitales de su organismo, de su tensión A, canalizada en una u otra osei, tanto en su modalidad activa (+) como pasiva (–):

la tensión A vertical genera      el deseo de pensar
la tensión A frontal   el deseo de actuar
la tensión A lateral   el deseo de comunicarse
la tensión A rotatoria   el deseo de luchar
la tensión A central   el deseo de amar

 

 

 

 

Debido a la total interconexión de las cinco oseis,

Cuando la tensión A se distribuye en la osei vertical genera el deseo de pensar; el deseo de actuar sólo mentalmente; el deseo de comunicarse explicando las cosas; el deseo de luchar con el raciocinio; el deseo de amar la filosofía pura.

Cuando la tensión A se distribuye en la osei frontal genera el deseo de actuar; el deseo de pensar en cómo llegar cuanto antes a una meta; el deseo de comunicarse mediante el éxito de los resultados; el deseo de luchar a través de la eficacia de las acciones; el deseo de amar el sentir que se avanza.

Cuando la tensión A se distribuye en la osei lateral genera el deseo de comunicarse mediante lo agradable; el deseo de pensar en cómo participar en lo que está de moda; el deseo de actuar para pasárselo bien por aquí y por allá; el deseo de luchar a través de la belleza externa; el deseo de amar el sentirse acompañado.

Cuando la tensión A se distribuye en la osei rotatoria genera el deseo de luchar; el deseo de pensar en cómo ampliar o defender la propiedad; el deseo de actuar para vigilar cada detalle de la propiedad; el deseo de comunicarse mediante la ostentación del poder; el deseo de amar el sentir la grandeza de la propiedad.

Cuando la tensión A se distribuye en la osei central genera el deseo de amar; el deseo de pensar en cada miembro de la familia; el deseo de actuar según unas vibraciones internas, que nos lleven a sentir las del otro o las universales; el deseo de comunicarse tanto con las personas como con las cosas desde el núcleo del ser; el deseo de no luchar, sino confiar u odiar.

La manifestación de cada deseo implica también «la de una intensa
        susceptibilidad, preocupación y miedo
hacia la posibilidad de su no realización», que se experimenta en determinada dimensión de la psique espontánea.

Cinco oseis + y –

LA ACCIÓN DE LAS CINCO OSEIS + y – EN LA CVP

Cuando la osei vertical + y – (I y II) actúa en la CVP, se activa el sistema nervioso central y su actividad biológica planificadora, la expresión de la psique contemplativa u observadora y la ejecución del movimiento ascendente:
Al tensarse, yergue la CVP hacia arriba y ligeramente adelante, estirando el cuello; al relajarse, hacia abajo y levemente hacia atrás, actuando fundamentalmente desde la cabeza-cuello y la cavidad craneal.

La sensibilidad se focaliza en la dimensión vertical del mundo y se captan (de forma activa-extroversiva en + y pasiva-introversiva en –) el altibajo de la onda, el espacio global, el tiempo lejano y la mayor cantidad y variedad posible de informaciones. (Ver figura abajo).

 

osei vertical

5oseis_vertical

tensión                                                                          distensión

 

Cuando la osei frontal + y – (V y VI) actúa en la CVP, se activa el sistema motor-combustivo y su actividad biológica metabólica-respiratoria, la expresión de la psique pragmática o eficaz y la ejecución del movimiento unidireccional hacia delante:
Al tensarse, pone recta la CVP proyectándola hacia delante y ligeramente arriba, subiendo los hombros; al relajarse, hacia atrás, bajandolos; actuando fundamentalmente desde los hombros y la cavidad pectoral.

La sensibilidad se focaliza en la dimensión frontal del mundo y se captan (de forma activa-extroversiva en + y pasiva-introversiva en –) el ritmo como avance ondulatorio, el espacio direccional o lineal, el futuro inmediato y el camino más recto y más corto con el menor gasto de tiempo. 

 

osei frontal

5oseis_frontal

tensión                                                                          distensión

 

Cuando la osei lateral + y – (III y IV) actúa en la CVP, se activa el sistema digestivo-circulatorio y su actividad biológica asimilo-circulatoria, la expresión de la psique emocional o mediadora y la ejecución del movimiento izquierda-derecha:
Al tensarse, inclina la CVP hacia un lado; se relaja inclinándola hacia el otro lado; actuando fundamentalmente desde la zona media de la espalda y la cavidad abdominal.

La sensibilidad se focaliza en la dimensión lateral del mundo y se captan (de forma activa-extroversiva en + y pasiva-introversiva en –) el timbre o armónico natural de la onda, el espacio y el tiempo indefinidos o «el por aquí y por allá” relacionados con el gusto o el no gusto, la comunicación-convivencia con los compañeros, el pasárselo bien o mal y el estar animado y contento o desanimado y descontento.

 

osei lateral

5oseis_lateral

tensión                                                                          distensión

 

Cuando la osei rotatoria + y – (VII y VIII) actúa en la CVP, se activa el sistema eliminatorio y su actividad biológica excretora, la expresión de la psique competitiva o conclusiva y la ejecución del movimiento de torsión (giratorio) :
Al tensarse, tuerce la CVP desde un lado; se relaja destorciéndola desde el lado contrario; actuando fundamentalmente desde la cintura y la cavidad urinaria.

La sensibilidad se focaliza en la dimensión rotatoria del mundo y se captan (de forma activa-extroversiva en + y pasiva-introversiva en –) la intensidad variable de la onda, el espacio y el tiempo que nos rodea de cerca, el espacio vital mínimo o el territorio propio, la presión de los estímulos próximos y la necesidad de resistir o defenderse ante ellos.

 

osei rotatoria

5oseis_rotatoria

tensión                                                                          distensión

 

Cuando la osei central + y – (IX y X) actúa en la CVP, se activa el sistema reproductor y su actividad biológica de regeneración celular, la expresión de la psique afectiva o absoluta y la ejecución del movimiento intero-exterior  (multirradial):
Al tensarse, compacta la CVP hacia su centro, hacia abajo y ligeramente adelante; se relaja proyectándola hacia fuera, arriba y ligeramente atrás; actuando fundamentalmente desde la cadera y la cavidad pélvica.

La sensibilidad se focaliza en la dimensión central del mundo y se captan (de forma activa-introversiva en + y pasiva-extroversiva en –) la densidad de la onda, el espacio y el tiempo infinitos, el propio interior del ser, los estímulos externos que penetran en él, la fuerza multirradial y absoluta de la unión con el núcleo de otro ser, los otros seres necesitados de las ayudas vitales (cuyo ejemplo más representativo son nuestros hijos), la vida y la muerte.

 

osei central

5oseis_central

tensión                                                                          distensión

*

El predominio de la activación de una u otra osei depende del momento y de la circunstancia.
Por ejemplo, un mamífero yergue el cuello-cabeza para responder a algo muy lejano; pone recta y hacia adelante la CVP para avanzar; mueve lateralmente la CVP y se muestra contento; lucha frente a un invasor con la fuerza de torsión de su CVP; o compacta la CVP en la época de celo.

Pero también depende de los distintos condicionamientos recibidos a lo largo de la vida. La influencia del condicionamiento, en la activación de una u otra osei, es mayor en el ser humano debido a la especial capacidad de aprendizaje de la naturaleza del homo sapiens sapiens y a que cada individuo nace con la predominancia de algunas oseis, fenómeno al que llamamos taiheki.

 

                                 La percepción del espacio de cada osei

 

 

 

osei vertical  

 

 

 

 

 

osei frontal

 

 

 

 

 

osei lateral

 

 

 

 

 

 

osei rotatoria

 

 

 

 

 


osei central 

ciervo

Psique nacida en el organismo

LA PSIQUE NACIDA EN EL ORGANISMO

 

La psique celular

En tan sólo unas semanas después de la fecundación, los miles de células que ha generado la célula fecundada se agrupan en cinco tipos iniciales. Como corresponden a cada una de las cinco oseis, los denominamos: células I-II, osei vertical; células V-VI, osei frontal; células III-IV, osei lateral; células VII-VIII, osei rotatoria; células IX-X, osei central.

Cada grupo celular embrionario, en sus múltiples y complejos desplazamientos, despliega el movimiento de la osei que lo ha originado y genera nuevas células con las que crea los tejidos, la cavidad y el sistema orgánico de su osei. Sus asociaciones celulares muestran un específico comportamiento, percepción, memoria e inteligencia que denominamos psique celular.

Las células I-II crean las neuronas del sistema nervioso, que se dedican a interpretar y coordinar distintas informaciones para elaborar una planificación general. Necesitan distanciarse del contacto con las otras células para así poder captar la información en su globalidad, desde lejos. Se asocian entre sí con un estricto orden jerárquico. También forman la vista, el único sentido que percibe los estímulos sin contacto.
Con su movimiento ascendente y su cualidad medular-estática, manifiestan una psique celular observadora, distante y jerárquica, que denominamos psique celular contemplativa.

Las células V-VI crean las células del sistema muscular-locomotor y respiratorio, que se dedican a realizar la función combustiva o metabólica. Saben que debe ser eficaz y realizada lo antes posible, escogiendo el camino más veloz y corto, unidireccional: de origen a inserción en los músculos, de procedencia a destino en las vías respiratorias, sin ninguna desviación. Muestran un cálculo exacto y un aprovechamiento espacial eficaz.
Con su movimiento unidireccional hacia delante y su cualidad periférica-dinámica, manifiestan una psique celular unidireccional, práctica y eficaz, que denominamos psique celular pragmática.

Las células III-IV crean las células del sistema asimilocirculatorio, que se dedican a repartir el alimento a todo el organismo. Para ello, actúan en base al gusto y se asocian estableciendo una red de intercomunicación bilateral que permita animar en todo momento el organismo. No atienden a la eficacia ni al orden jerárquico, sino al estado contento o descontento de las células. Saben jugar el papel de mediador, comunicando unas partes del organismo con otras.
Con su movimiento izquierda-derecha y su cualidad perférica-dinámica, manifiestan una psique celular gustativa, comunicativa y mediadora, que denominamos psique celular emocional.

Las células VII-VIII crean las células del sistema urinario, que realizan la función eliminatoria. Saben distinguir el espacio o territorio propio, vigilando las sustancias nocivas para el organismo, revisando la selección realizada, expulsando al invasor, regulando la presión y la fuerza debida o indebida, limpiando el organismo y protegiéndolo de los enemigos.
Con su movimiento giratorio y su cualidad periférica-dinámica, manifiestan una psique celular luchadora, territorial y conclusiva, que denominamos psique celular competitiva.

Las células IX-X crean las células del sistema reproductor, regenerador celular y conjuntivo subyacente. Su intensa vitalidad les permite captar tanto la vida como la muerte para poder realizar la regeneración celular. Saben cómo establecer contactos intercelulares multirradiales para unir las diversas partes del organismo, comunicar las células de núcleo a núcleo, captando el interior, y perpetuar la especie. Lo hacen calladamente, escondidas en los distintos tejidos, expresándose sólo cuando llega el momento.
Con su movimiento celular multirradial y su cualidad medular-estática, manifiestan una psique celular íntima, profunda y absoluta, que denominamos psique celular afectiva.

La psique

En los vertebrados, estas psiques celulares se interrelacionan en el cerebro y se reflejan en las actividades de las distintas zonas cerebrales, constituyendo la psique del organismo o del ser vivo.

Coordina y expresa las vitales necesidades internas y externas de los cinco grandes sistemas orgánicos, a través tanto de la médula espinal o los nervios raquídeos (sobre todo para las informaciones internas) como de los cinco sentidos o los doce nervios craneales (sobre todo para las informaciones externas).

La psique y su actividad cerebral no es algo independiente de las diversas actividades del organismo de cada ser vivo y de sus movimientos, sino que está totalmente interrelacionada con éstos. Es una de las actividades de la osei.

Descubrimiento: esquema osei

EL DESCUBRIMIENTO DEL ESQUEMA OSEI

 

Al establecer la absoluta interdependencia de sus acciones en la CVP, quedan al descubierto otras características esenciales de cada osei:

Oseis medulares-estáticas y oseis periféricas-dinámicass

La cualidad medular caracteriza las oseis vertical (I y II) y central (IX y X), que forman las cavidades craneal y pélvica, unidas por un eje. Sus movimientos son estáticos: nos permiten permanecer aparentemente inmóviles. En cambio, la cualidad periférica es propia de las oseis frontal (V y VI), lateral (III y IV) y rotatoria (VII y VIII), que forman las cavidades pectoral, digestiva y urinaria, organizadas alrededor de la estructura medular de la CVP, conformando el “horno vital del organismo”. Sus movimientos son dinámicos: nos permiten desplazarnos en el espacio.

Las oseis f-e, osei bilateral y oeis circulares

Las oseis vertical y frontal actúan en el plano f-e, flexo-extensor o antero-posterior. La osei lateral actúa en el plano bilateral, perpendicular al plano f-e. Las oseis rotatoria y central actúan en sentido circular, del plano f-e al plano bilateral y viceversa.

 

 

verde: pla f-e
rojo: plano bilateral
ocre: sentido circular
tres_dimensiones

 

pelvis3colores pies3colores

 

Las tres regiones de la CVP

La osei define tres regiones en la CVP, en consonancia con el plano-sentido en que se realizan las acciones de las cinco oseis:

La región f-e, de las oseis vertical (f-e medular y estática) y frontal (f-e periférica y dinámica), ocupa “los extremos craneal y caudal”,
en la CVP general: cabeza y cavidad pectoral-hombros, punta del coxis y zona femurocoxal; en cada cifosis y lordosis de la columna: cervicales C1-C2 y C7, dorsales D1-D4 y D12, lumbares L1 y L5.

La región bilateral, de la osei lateral (bilateral periférica y dinámica), ocupa “la zona media”, en la CVP general: cavidad digestiva; en cada cifosis y lordosis de la columna: cervical C4, dorsales D6-D9, lumbar L2.

La región circular, de las oseis rotatoria (circular periférica y dinámica) y central (circular medular y estática), ocupa las “zonas intermedias” entre los extremos y la parte media, sobre todo “la penúltima zona”, en la CVP general: cavidades urinaria y pélvica; en cada cifosis y lordosis de la columna: cervicales C3 y C5-C6, dorsales D5 y D10-D11, lumbares L3-L4.

 

tres_regiones

A diferencia de los peces y reptiles, que se mueven principalmente en el plano bilateral, los mamíferos y aves muestran su acción principal en el plano f-e. Esta diferencia fue decisiva en el proceso evolutivo de las especies: permitió que estos últimos desarrollaran su cerebro, al hacer coincidir en el mismo plano f-e, el propio del sistema nervioso (siempre adelante y arriba en cualquier ser vivo), el movimiento general de su CVP.
La columna vertebral del ser humano es una de las manifestaciones culminantes de esta evolución: sus decisivos “muelles” (cifosis y lordosis) están definidos principalmente en este plano f-e.
Así, en cada cifosis o lordosis (aunque cualquier articulación vertebral responde a todos los movimientos):

 

 

 
La acción f-e es mayor en los extremos craneal y caudal,
región f-e (verde).

 

La acción bilateral sólo puede ser mayor en la zona media,
región bilateral (rojo)

 

La acción circular se realiza en las zonas intermedias
entre los extremos y la zona media, sobre todo en la
penúltima zona (con la fuerza necesaria para constituir
la base), región circular (ocre).

tienda_india

 

apofisis_espinosa3colors

La apófisis espinosa de la vértebra señala la región a la que pertenece:
definen el plano f-e       /       evitan definir el plano f-e       /       aspecto intermedio

 

Esta formación de la columna vertebral es completa en la cifosis dorsal y en la lordosis cervical; y está simplificada en la lordosis lumbar.
Se encuentra también en los miembros o extremidades y define la formación del cerebro. En definitiva, en cualquier zona del organismo, siempre se están reproduciendo las tres regiones de la CVP general.

 

Región f-e Lóbulos encefálicos frontal, parietal y occipital, bulbo raquídeo y zona antero-superior del mesencéfalo; nervios craneales 1º-3º y 10º-12º
extremo craneal y extremo caudal o bulbo raquídeo cerebro_verde
Región bilateral Lóbulo encefálico insular, zona límbica y zona postero-inferior del mesencéfalo; nervios craneales 4º y 5º
parte medial cerebro_rojo
Región circular Lóbulo encefálico temporal, cerebelo y protuberancia; nervios craneales 6º-9º y parte del 5º
penúltimo  lugar cerebro_ocre

 

Se trata de un descubrimiento histórico, obra de Haruchika Noguchi, acerca de:

  • la estructura del movimiento espontáneo o de la osei, configurada por las cinco oseis + y –, oseis I-X;
  • la estructura de la interrelación de sus diversas actividades en los seres vivos.

Esta estructura, inherente a cualquier realidad, ya sea física, biológica, psíquica o social, constituye un nuevo modelo o paradigma universal que denominamos esquema osei.

CVP, vital del organismo

LA CVP, ESTRUCTURA VITAL DEL ORGANISMO

 

A lo largo de la evolución de las especies, cada osei ha promovido la aparición de un gran sistema orgánico, con su correspondiente actividad biológica, y una determinada actividad psíquica, con su correspondiente zona cerebral. Embriológicamente sucede lo mismo: cada osei genera un tipo de células iniciales, que irán conformando su específico sistema orgánico, junto con su actividad biológica, y la psique correspondiente a la peculiaridad de sus asociaciones celulares.

En el organismo del ser humano y en el de los vertebrados, la absoluta interrelación de las cinco oseis, sus movimientos básicos, sus grandes sistemas orgánicos, actividades biológicas, psíquicas y cerebrales, ha creado una estructura rectora de su organismo que denominamos con la sigla CVP:

C de cráneo, V de vértebras, P de pelvis.

La CVP integra en una total interdependencia sus siguientes componentes (la existencia de cualquiera de ellos necesita la de los otros y exige su interconexión):

 

  cavidad zona centro del sistema osei
azul craneal cabeza nervioso vertical
verde pectoral hombros motor-combustivo frontal
rojo digestiva abdomen digestivo-circulatorio lateral
ocre urinaria cintura eliminatorio rotatoria
violeta pélvica cadera reproductor-conjuntivo central

cinco_dimensiones

 

cinco_cavidades

apofisis_espinosa

Como la cultura sólo dispone de los conceptos cabeza y tronco o cerebro y cuerpo, se expone la idea de que la cabeza rige el tronco o el cerebro manda sobre el cuerpo. Ciertamente, el cerebro (sistema nervioso) refleja y coordina las distintas actividades celulares de los diferentes sistemas orgánicos y de sus psiques celulares, pero no rige la vida del organismo. Precisamente fue el organismo de las distintas especies quien, en el transcurso de un largo proceso evolutivo, promovió la aparición y el desarrollo de la cabeza y del cerebro. Sus millones de células, de su cabeza-tronco-miembros, están formando la CVP para que represente su vida.

Cuando la CVP ejecuta cada uno de los cinco movimientos, se movilizan los músculos propios de cada osei junto con sus vértebras específicas en cada cifosis y lordosis de su eje vertebral; se activan los órganos de su cavidad y las zonas correspondientes del sistema nervioso y del cerebro junto con la psique particular de cada osei; y, según la necesidad externa, maneja adecuadamente sus miembros-extremidades (brazos-mano y pierna-pie en el ser humano; patas en los cuadrúpedos; alas y patas en las aves; aletas en los peces).

La acción de cada osei en la pelvis humana

pelvis5colores

La acción de cada osei sobre la planta de los pies

pies5colores

 

La CVP es la representante de nuestro organismo porque constituye la máxima organización de todas sus asociaciones celulares y es la estructura rectora de nuestra vida al implicar en una absoluta interdependencia sus cinco modalidades de expresión y sus cinco capacidades de reacción, las cinco oseis + y – (I-X).

Movimiento espontáneo, osei

EL MOVIMIENTO ESPONTÁNEO, LA OSEI

 

Nuestro organismo no es un amasijo de células, tejidos y órganos. Es un ser vivo formado bajo un orden riguroso, fruto de un gigantesco proceso evolutivo, con la capacidad de reaccionar frente a muy diversas situaciones para mantener su propio equilibrio vital, adaptándose al entorno y transformándolo.
Responde a estas necesidades, tanto internas como externas, como una unidad, porque sus diversas actividades son total y absolutamente interdependientes.

Haruchika Noguchi reveló que esta capacidad de respuesta del organismo como una unidad es la obra de los 5 movimientos en + y en – universales, tanto en tensión como en distensión, que actúan en las diversas actividades energéticas (motrices, biológicas y psíquicas) del ser vivo y que conforman el movimiento espontáneo.

A esta capacidad natural de reaccionar mediante la absoluta interrelación de las diversas actividades, la denominamos osei, que comprende cinco oseis + y –, las modalidades de manifestación de la vida (ver figura abajo):

La osei vertical + y – (oseis I y II) es fundamental en el sistema nervioso y la vista; establece la interrelación natural entre:
– el movimiento ascendente
– la actividad biológica planificadora
– la actividad psíquica contemplativa u observadora.

La osei frontal + y – (V y VI) genera el sistema motor-combustivo y el olfato; establece la interrelación natural entre:
– el movimiento unidireccional hacia delante
– la actividad biológica metabólica-respiratoria
– la actividad psíquica pragmática o eficaz.

La osei lateral + y – (III y IV) promueve el sistema digestivo-circulatorio y el gusto; establece la interrelación natural entre:
– el movimiento izquierda-derecha
– la actividad biológica asimilo-circulatoria
– la actividad psíquica emocional o mediadora.

La osei rotatoria + y – (VII y VIII) impulsa el sistema eliminatorio y el oído; establece la interrelación natural entre:
– el movimiento giratorio o de torsión
– la actividad biológica excretora
– la actividad psíquica competitiva o conclusiva.

La osei central + y – (IX y X) es principal en el sistema reproductor-conjuntivo subyacente y el tacto; establece la interrelación natural entre:
– el movimiento intero-exterior o multirradial
– la actividad biológica de regeneración celular
– la actividad psíquica afectiva o absoluta.

 

 

 

 

movimiento ascendente, osei vertical

 

movimiento unidireccional hacia delante, osei frontal

 

 

 

movimiento izquierda-derecha, osei lateral

 

 

 

movimiento de torsión, osei rotatoria

 

 

movimiento intero-exterior, osei central

               visión anterior     visión lateral izquierda   visión superior

cinco-movimientos-cinco-oseis

 

cinco_dimensiones

 

 

La acción de los cinco movimientos u oseis en la pelvis humana

pelvis5colores

Osei y oseis se traducirían como reactividad y reactividades. Este término es utilizado por la Física, la Química y la Psicología con otros significados. Para evitar confusiones, empleamos directamente esta palabra japonesa, aunque no exista en plural, en el lenguaje japonés.

Olvidada naturaleza humana

LA OLVIDADA NATURALEZA HUMANA

 

De la misma forma que se proclama la urgente necesidad de un mayor respeto al medio ambiente, reclamamos un mejor conocimiento y un mayor respeto a la vida del organismo humano y a su manifestación espontánea.

Durante miles de años, hemos acumulado múltiples y sólidos conocimientos acerca de la vida humana.

Sin embargo:
Mientras la cultura occidental adoptaba un enfoque analítico, perfeccionando el saber sobre cada una de las actividades del organismo, la cultura oriental no perdía de vista la globalidad del ser humano, despreocupándose de distinguirlas con precisión.
Ambas culturas aún no han aclarado cómo se establece, en nuestro organismo, la interrelación entre sus diversas actividades energéticas: motrices, biológicas y psíquicas.

Por otra parte:
En los últimos cincuenta años, asistimos al uso masivo de los conocimientos de la ciencia occidental en cualquier sociedad, en todas las culturas y en cualquier lugar del planeta. Aunque resulte extraordinario en muchos sentidos, al mismo tiempo, nunca como hoy, la naturaleza humana ha sido objeto de tanta intervención y manipulación.

En definitiva:
La Cultura Humana, occidental y oriental, nos ha enseñado, de diferentes formas, cómo dominar nuestra naturaleza, pero no cómo comprender nuestra propia manifestación espontánea, la expresión directa de

la vida de muestro especial organismo,

  • que nos ha hecho nacer, crecer y nos mantiene vivos con una unión indivisible entre psique-soma, voluntario-involuntario, consciente-no consciente;
  • que nos ha permitido aprender y crear la cultura, el progreso y el conocimiento, comunicándonos a través de ellos;
  • que es particular en cada uno de nosotros;
  • que origina la conducta humana, sus conflictos y nuestra vida-salud.

Al no disponer de palabras para identificar la natural interrelación de las diversas actividades de nuestro organismo, se nos hace difícil

  • percibir que su bloqueo-disociación es la principal causa interna de la pérdida de nuestra salud
  • y sentir la necesidad de resolverlo.

La cultura seitai nos brinda unas sencillas prácticas y un nuevo conocimiento sobre nuestro organismo, tan fundamentales como revolucionarios, que nos permiten atender y comprender a esta tan olvidada naturaleza humana y aprender de su manifestación espontánea.